De doméstico a domesticado

Siempre he estado convencido de que el hogar es el mejor lugar para el hombre que busca mantener un equilibrio emocional armónico, algunas personas no estarán de acuerdo conmigo, porque aseguran, que es precisamente en el hogar donde se rompe la paz del ser humano; hay hombres que para justificarse, buscan afanosamente culpara a la mujer de ello, porque piensan que desde el inicio de su relación, fueron seducidos con toda intensión, para ser sólo un complemento de lo que en realidad es el primitivo y natural motivo de la unión entre un hombre y una mujer: la reproducción humana y asegurar la conservación de la especie. Que por qué afirmo lo anterior, bueno, en mis cuarenta años como profesional de la salud he tenido la oportunidad de escuchar tantos testimonios de hombres que dicen estar arrepentidos de haberse unido a una mujer, para formar una familia, porque con ello,  no sólo renunciaron a su libertad, sino que también perdieron otros derechos propios de su rol, dentro de la unión, lo que les ocasiona un sentimiento de minusvalía, ya que se veían a sí mismos sólo como un sujeto de procuración de bienes y servicios para una célula, con la cual no se sienten identificados, por aquello del concepto de que sólo la mujer es la única que puede jactarse de ser el origen de la vida, al tener el don de la maternidad, y que el hombre sólo contribuye con su simiente a que se consolide el proceso referido.

En mi opinión, es el hombre, el que en muchas ocasiones, con su actitud machista, va contribuyendo a que la mujer utilice mecanismos de defensa para protegerse de las agresiones verbales, psicológicas, económicas, sexuales, simbólicas y físicas; si la mujer tiene un carácter decidido seguramente exterioriza su sentir, denotando su inconformidad con palabras o actitudes que lastiman el orgullo del hombre, quien no quiere perder su liderazgo en el seno familiar.

Es una realidad, que el estado de confinamiento, motivado por la pandemia, ha acercado al hombre al conocimiento de la verdad que se resistía a aceptar, la mujer, es por mucho, el pilar fundamental de la familia, es la piedra angular donde se construye el hogar, es la fuente original generadora de amor y  la promesa cumplida de Dios, para darle al hombre la certeza de que, gracias a la mujer, se le dará hasta setenta veces siete, oportunidades para encontrar el camino hacia la eternidad.

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